El estado constante de la creatividad y la nave del fin del mundo.

 

 

Pocos lo saben pero soy un entusiasta de la física. Siendo un poco más específicos de la astrofísica, que es el estudio de la física del universo. Esto es porque me parece admirable la forma en la que ciertas personas pueden estudiar y especializarse en explicar cómo funciona algo mucho más grande que ellos mismos, simplemente porque involucra todo el conocimiento humano que tenemos sobre química, tecnología, matemáticas, física clásica, mecánica cuántica, en fin.

En realidad, pocas veces nos ponemos a pensar en esto, pero, en verdad no sabemos nada sobre nuestra propia existencia. El humano común, el que va todos los días al trabajo, el que nace, crece, se reproduce y muere, pocas veces se ve interesado en pensar qué hace en este planeta.

¿Por qué estoy hablando de esto? Porque creo que el estudio del universo puede ser una de las formas de creatividad más avanzada y especializada que puede existir. Explicar quiénes somos y qué hacemos aquí debe ser el brief más complicado que cualquiera puede recibir. Good luck with that!

Ahora, si comparamos lo que hacemos nosotros, la “industria publicitaria” vs. cualquier otra industria, puede ser que seamos uno de los gremios más irrelevante que existe para la humanidad.

Imaginemos que la tierra valió madre y distintas naves espaciales están a punto de salir, con los motores calentándose y una interminable lista de personas queriendo subir. Estoy seguro que los publicistas somos de los que nos quedamos del otro lado de los militares, empujando y gritando, mientras que los médicos, los físicos, los químicos, los ricos y todos los demás abordan.

Es difícil analizar si realmente estamos haciendo algo por la humanidad al pensar el body copy de una promoción o diseñar la portada de un catálogo cuando hay personas estudiando la luz, la gravedad, curando enfermedades, formulando teorías, vacunas y realizando experimentos. (¿Les suena familiar?)

Es como para deprimirse; como si estuviéramos robándole a la humanidad haciendo algo totalmente irrelevante para la vida. Bendito sea el capitalismo.

Creo que nos ha costado mucho trabajo entender cuál es el papel que debemos jugar en el equipo “humano” y creo también que es porque nadie nos lo ha dicho; por eso pensamos que lo que hacemos es irrelevante, que es cualquier cosa y que cualquiera puede hacerlo. Es el mismo pensamiento que utilizamos al poner al niño más tonto o más gordo de portero, pensamos que no es relevante para el equipo y por lo tanto, mientras nosotros anotemos más de los que le anotan a él, vamos a ganar.

Ese pensamiento está mal. Es como de niño.

Todas las posiciones son importantes. La del portero es clave. ¿De qué estábamos hablando? Ah, sí. Relevancia.

La pregunta es: ¿Qué nos haría lo suficientemente relevantes como para poder subir a esa nave espacial?

Y mi respuesta siempre será la misma: la creatividad.

Como he dicho en otras ocasiones la creatividad es un estado mental, no es algo que se gana con el tiempo, que aumenta con el reconocimiento o que de un día para otro aparece de la nada; es una especie de mood. Un estado constante de pensamiento… “Ando bien creativo”.

Por eso es que es tan complicado enseñarla a personas que no la tienen o no la aprecian. Existen millones de consejos y ejercicios para despertarla, pero se necesita más que eso. Es algo que calificaría como descubrimiento personal; que puede aprenderse, pero se necesita un nivel de involucramiento total por parte del que quiere aprender.

Es un tema de vivir bajo los esquemas del pensamiento creativo.

Para volver a mi ejemplo inicial, por lejano a nosotros que parezca, los astrofísicos viven en un estado de creatividad constante, porque sólo ellos puede resolver ese tipo de preguntas. Su mente tiene mucho valor y es reconocida de humano a humano. Son importantes para el pedo.

El mismo caso el del médico, lo que pagamos es su nivel de conocimiento sobre algo que el humano común desconoce. ¡Doctor, qué tengo! Quíteme este pedo!.

Se trata de que otros humanos valoren tu pensamiento y tus acciones más que lo que realmente haces en tu día a día. Es complicadísimo que las personas aprecien tu pensamiento, sobretodo cuando te limitas a hacer la portada del catálogo o el diseño del flyer que a nadie le importa.

Pero en realidad, es un tema de capacidad. “Contrata gente chingona, porque van a ser capaces de hacer lo que sea”.

Es por eso que es tan complicado que en las agencias en las que trabajamos seamos valorados por nuestro pensamiento, ya que la gran mayoría de ellas están llenas de puestos y vacantes mecánicas, existen muy pocas vacantes para explotar tu capacidad.

Escribir una mención es de las labores más fáciles que pueden existir en la industria publicitaria. Por más dedicación, pensamiento e innovación que imprimas, el formato es lo suficientemente claro como para que nadie la pueda cagar. Sin embargo hay redactores que tardan casi 3 horas en elaborar una de 60 segundos.

Por lo que quisiera dar un consejo para todos los creativos que están iniciando sus carreras en la industria publicitaria:

Para que tu pensamiento sea apreciado, como en cualquier industria, debes demostrar que las tareas básicas te la pelan.

Nunca confiarías en un médico que no sabe inyectar. Es lo mismo con un creativo que no sabe pensar.

Como creativo, fallar en algo básico es equiparable a que te maten en el nivel uno de Mario Bros o volar un tiro con la portería abierta; no puedes fallar en las tareas básicas de tu industria.

Todos los creativos queremos ser reconocidos por nuestro pensamiento, pero en realidad muchos no consideramos esa responsabilidad de que llamarte “creativo” significa ser juzgado todo el tiempo, en cualquier lugar y en cualquier situación.

Y sí, si se desploma el túnel todos van a voltear a ver al doctor, pero también van a voltear a ver al wey que se le podría ocurrir cómo salir. La creatividad es muy necesaria para la humanidad.

Ese es el estado constante de la creatividad. Entender que el nivel de tu pensamiento está siendo retado todo el tiempo.

Por cómo escribimos en las redes sociales, por cómo hablamos y nos expresamos, por las ideas que proponemos o qué tan relevantes somos en las conversaciones, los links que compartimos, la música que escuchamos, los libros que leemos.

Es por eso que se necesita un nivel absoluto de involucramiento por parte de las personas, porque la creatividad, si lo haces bien, se convierte en tu vida y deja de ser tu trabajo.

Si queremos ser reconocidos por nuestro pensamiento, debemos buscar entonces ser reconocidos por nuestras acciones. Porque nuestras acciones reflejan la forma en la que pensamos y nuestro trabajo, nuestra vida, debe volcarse a buscar ser relevantes en todo, todo el tiempo.

El publicista nunca será relevante para otros humanos. Pero el creativo tendrá reservado un asiento en la nave del fin del mundo. Al menos para saber relatar mejor que nadie la historia de cómo un día sobrevivió la humanidad.